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Identificación del recurso: historia de bien cultural.
Informadores: familia Moradiellos.
Autora: Jimena Moradiellos Fernández

Corrían los 60 y mi abuelo trabajaba en Londres con uno de sus mejores amigos cariñosamente apodado Toño. En una de sus visitas a España, Toño le presentó a mi abuelo su hermana, María Elena. Tanto fue su flechazo que en poco menos de unos meses se casaron.

Al casarse mi abuela accedió a irse a Londres con mi abuelo y los dos empezaron allí su vida juntos. Poco a poco mi abuelo se iba adaptando al idioma, y tal fue su adaptación que logró trabajar de camarero en uno de los hoteles más prestigiosos de Londres de la época, el hotel Hilton. Allí sirvió a celebridades como el icónico grupo londinense The Beatles o al rey emérito Juan Carlos, que por aquel entonces aún era rey.

Despues de un año a mi abuela no le acababa de encagar la idea de vivir allí, asi que se fueron a Bélgica donde mi abuelo tenía familia, pero el extrangero tampoco les acababa de convercer del todo, así que optaron por regresar a su país, España.

Ya en España alquilaron un bar, este estaba en Palencia, enfrente de la cárcel donde por aquel entonces se alojaban numeros presos políticos debido a la situación de dictadura que sufría el país.

Por la situación del bar, acudían familiares de presos que iban a visitarlos. La mayoría de estos eran familiares de personas apresadas por la situación política, incluso el director de la carcel frecuentaba el bar.

Mis abuelos en varias ocasiones lo que hacían era (a los presos políticos) o bien ayudarlos mediante sus familiares que previamente visitaban el bar o a muchas personas que eran perseguidas y huían intentando evitar la cárcel o incluso el fusilamiento las escondían, ayudaban o resguardaban dentro de las posibilidades que ellos tenían. Incluso daban de comer gratis a personas sin recursos o acogían en su casa a viudas que perdieron a sus maridos en la guerra y que no tenían a dónde ir.

Hacer esto claramente era una actividad ilegal y no hace falta recalcar que probablemente las autoridades les estaban vigilando de cerca. Como consecuencia a esto mis abuelos por miedo a sufrir las replesalias del régimen cerraron el bar y se fueron a San José, California. De aquella para poder conseguir la Visa para ir a Estados Unidos tenías que demostrar que tenías dinero, entonces mis abuelos vendieron el bar por un millón de pesetas, pero cuando fueron a hacer la entrevista a Madrid con el cónsul de la embajada, le presentaron los papeles del bar como que lo seguían teniendo más ese millón de pesetas. Gracias a su gran ingenio el cónsul no se dio cuenta de este plan y les dio la Visa sin problema.

Una vez allí trabajaron sin descanso los dos, mi abuelo incluso tenía más de un trabajo para ahorrar y así tener dinero para cuando pudieran volver a España. Para ellos el dicho de «Estados Unidos, la tierra de las oportunidades» acabó siendo una realidad. Allí lograron ahorrar e incluso se compraron un Ford Pinto con el que algunos fines de semana turisteaban desde donde ellos vivían, San José, hasta San Francisco. Claramente no tenían papeles, y las autoridades se percataron de ello, asique volvieron a España donde consiguieron unos buenos puestos de trabajo estables y con sus ahorros formaron una familia.

Foto de una boda en Bélgica de la familia de mi abuelo.
Foto en el bar de Palencia.
Foto de mis abuelos en Estados Unidos.
Foto de mi abuela y una amiga en Londres.
Foto de una Nochevieja en Bélgica.
Foto de la recreación de su propia boda en Bélgica.