Construcción usada como vivienda, con finca para el ganado.
Nombre: La casa de Nava.
Qué es: Vivienda en desuso en el concejo de Nava.
Estado: estado original, en ruinas.
Acceso: en coche o a pie.
Recurso: Vivienda en desuso.
Localización: Nava, La Goleta.
Alumno/a: Adrián González Díaz.
Grupo: 1º de Bachillerato, Ciencias Sociales.
Centro: I.E.S. Rey Pelayo.
Adrián González Díaz. La edificación era una casa familiar que perteneció a mi bisabuela Luisa; fue construida alrededor de 1890, y vivió en ella durante toda su vida, junto a su hijo Enrique.
Luisa era madre soltera, algo no muy extraño en aquella época, y vivían de la ganadería y agricultura: tenía cuatro vacas de leche y utilizaban parte de la leche para el consumo propio; el resto lo vendían. En cuanto a agricultura, tenían una pequeña huerta familiar y ocurría lo mismo que con la leche: lo que no utilizaban para el consumo propio lo vendían.
En aquella época la maternidad fuera del matrimonio estaba muy mal vista, lo que generaba un fuerte estigma y discriminación, por lo que mi bisabuela intentó ocultar su embarazo casi hasta el final. Por otro lado tuvo la suerte de ser hija única, por lo que heredó la vivienda familiar donde pudo criar a su hijo, aunque no sin sufrir dificultades.
La vivienda cuenta con dos plantas; en la planta baja está la cocina, que cuenta con cocina de leña y utensilios tradicionales, en su mayoría de madera, junto a una mesa familiar también de madera. También en la planta baja, se encuentra el salón, un espacio con muebles de madera de roble, la mesa en el centro, y un sofá de estampado florido, entre paredes decoradas con papel pintado. Finalmente, en la planta baja se encontraba un baño muy pequeño de baldosa, equipado con los enseres básicos.
Al subir a la segunda planta a través de unas escaleras de madera, nos encontramos con dos habitaciones. En la primera, además de la cama, había una cómoda de madera oscura, con un espejo pequeño en el frente y algunos objetos personales sobre ella. También había una silla de madera oscura donde posiblemente depositaban la ropa. La segunda era la de Enrique, con una cama más pequeña y un armario.
«La casa cuenta con un gran terreno en el que tenían la huerta, que actualmente ya no existe, y en su lugar hay una caravana. En torno al año 2017, el techo de la casa se vino abajo, destruyendo por completo el interior. Hasta entonces podíamos acceder a la planta baja, a pesar de que a la planta superior hacía unos pocos años que no era posible. Actualmente la finca se utiliza para guardar dos caballos pertenecientes a mi hermano» (Testimonio: Juan Pablo González Fernández.)