- Identificación de la acción: Arcas de madera tradicionales.
- Lugares que emplean la técnica: El tallado es originario de Italia y Francia en la Edad Media.
- Uso actual: Escaso.
- Informador: Paco Pantín y Santiago del Dago.
- Bibliografía: No conocida.
- Autora: Daniela Peruyera del Dago.
La realización de arcas de madera, como en general la carpintería y el tallado, son un arte milenario, del que no se conoce mucho.
Mi abuelo, en su tiempo libre, asiste a un taller dirigido por “Paco”, en Corao, en el que aprende y hace diferentes trabajos de carpintería. Pero en su caso, en particular, le gusta regalar a todos los miembros de la familia, un arca de madera tallada con diferentes dibujos y nuestro respectivo nombre tallado en el interior de la tapa.
Paco Pantín, su profesor, aprendió estas técnicas hace varios años en la Escuela Taller de Gijón, con Rogelio Riesgo, el mejor profesional que había por aquel entonces en Asturias. Rogelio trabajó en Francia en ebanisterías especializadas en la talla ornamental de madera, concretamente de muebles.
La realización de un arca de madera en concreto conlleva un proceso complejo y, además, cuidados durante el mismo.
Lo primero de todo, sería escoger la madera adecuada. Hoy es difícil encontrar madera que haya tenido un secado natural previo a la actividad. Y es muy importante para que la madera no quede acorchada y pueda trabajarse de manera mucho más eficiente y sencilla. A continuación, con la madera debes preparar las piezas que van a componer el arca; esto se realiza en una carpintería, que puede ser propia o de un negocio de confianza que pueda hacerlo por ti. Con las piezas ya preparadas, debes tener en mente qué diseño quieres para el arca, dibujando a lápiz los motivos en la madera que posteriormente deben ser tallados.
Hay que distinguir también si va a tratarse de un arca tradicional, es decir, grande, que en la antigüedad se usaban para guardar la cosecha o como regalo de bodas (para guardar la ropa de cama más “lujosa”). En esta solo se tallarían los laterales y el frente, que en muchas ocasiones tampoco se hacía. O un arca de tipo joyero o pequeña, en el que además se tallaría la tapa.
Una vez dibujados los motivos, que suelen tradicionales, se enlaza el cajón mediante ensambles en cola de milano. Hoy estas colas de milano se dejan en el frente para que sean más vistosas, pero, antiguamente, se dejaban en los laterales por seguridad (pudiendo llenarlas de castañas nueces…) y esta última sería la manera correcta de hacerlo. Una vez está el cajón enlazado, hay que hacer las molduras al fondo y a la tapa. Posteriormente, hacer las patas, por el propio ebanista o de tipo bola, que tendrían que ser encargadas a un tornero. Ahora se tallarían el frente y los laterales, se acabaría de armar el cajón uniéndolo al fondo y colocándole las patas, aunque previamente habría pasarle un cepillo de carpintero a las colas de milano, para que quede todo bien conformado. Una vez realizado, has de hacer el hueco en el que irá colocada la cerradura. Y por último debes abisagrar la tapa, que es lo que va a permitir que el arca quede cerrada.
El tiempo de realización es de unos 5 a 7 días, dependiendo de las horas diarias que le dediques y tu experiencia en ello.
Tallar es algo muy “guapo”, pero como todos los oficios manuales está quedando en desuso. Hoy hay ordenadores conectados a máquinas de control numérico, capaces de realizar con mucha mayor velocidad y precisión un gran número de trabajos de talla en madera. Aunque siempre se necesitará la mano humana.