• Identificación del recurso: La Pedrera.
  • Tipo de recurso: Casa solariega tradicional.
  • Localización: Bada, Parres, Asturias.
  • Accesibilidad: Propiedad privada.
  • Estado de conservación: Deteriorada.
  • Informadores: David García Tarapiella.
  • Bibliografía: fuentes orales: David García Tarapiella.
  • Autora del texto: Ángela Mori Longo.

Ángela Mori Longo. En el Concejo de Parres, concretamente en el pueblo de Bada, se halla una construcción renacentista datada en el siglo XVI y considerada como una de las más antiguas del concejo.

La Pedrera es un edificio de planta rectangular, con una planta baja y un piso, y cubierta a cuatro aguas. La puerta principal se encuentra ubicada al este y está rematada con un arco de medio punto en dovelas, junto a otra puerta adintelada en el lado izquierdo de la misma fachada.

En el primer piso, destacan tres vanos y una cruz en su parte superior, con dos rosas similares; una tipología de adorno que se interpreta como una alegoría. En la fachada de la casona se puede observar la traza de un escudo pintado, bastante deteriorado debido a la humedad. Con este escudo solía representarse defensa, protección o amparo.

A la izquierda, tres vanos y una cruz con dos rosas similares y a la derecha, el escudo pintando en la fachada. Imagen: AM.

Algunos de sus antiguos habitantes fueron personajes muy importantes en la España de finales del siglo XVIII, como Manuel Francisco de Noriega Pérez, juez por el Estado noble del Concejo de Parres y padre de Julián Antonio Noriega, de Bada y Llerandi, que llegó a tratar asuntos de Estado con los reyes Carlos IV y María Luisa de Parma. Fue hombre de confianza de Manuel Godoy, también amigo de Jovellanos. Actualmente la casona pertenece a los herederos de José Vega Fondón y anteriormente fue de Fernando Santos Fernández (Fernando el de La Pedrera) propietario del bar-tienda de Bada.

Personalmente, no era consciente de que la casona de La Pedrera fuese tan importante y que por ella hubiesen pasado personajes de la historia de España, como reyes, jueces y otros, y que se tratasen en ella asuntos de verdadera transcendencia. Muchas veces, paseando con mi familia por la zona, observábamos el edificio pero ajenos a la importancia que verdaderamente tenía. Gracias a este trabajo he tenido la oportunidad de estudiar con detenimiento La Pedrera y me da a pensar que a veces tenemos al lado auténticas reliquias históricas y eso hace que me sienta muy orgullosa del lugar de donde vengo.