Introducción: partes de una gaita. 

La gaita es uno de los instrumentos más significativos de Asturias, y es parte de nuestra cultura e historia. Siempre ha estado presente en nuestras vidas, tanto para celebrar fiestas y eventos como para despedirse de personas queridas. 

Es un instrumento de viento que consta de las siguientes partes: 

  • Fuelle: es un depósito de aire hecho de una sola pieza de piel, de cabrito normalmente. Conserva la forma del animal y se utilizan los huecos de las patas y el cuello para encajar en ellos las demás piezas. Normalmente, el fuelle está enfundado en una vestidura. 
  • Soplete: se utiliza para llenar el fuelle de aire. Tiene una lengüeta de cuero sujeta por medio de un tope de cobre que se abre para dejar el aire entrar y se cierra para impedir que este salga. En la parte superior se suele colocar una boquilla hecha de un material que impida que la madera se deteriore por la humedad y que, a su vez, mejora la higiene. 
  • Puntero: es un tubo sonoro de la gaita en el que se hace la melodía tapando y destapando los agujeros.
  • Roncón: es el otro tubo sonoro que produce una nota grave que está sonando continuamente mientras se toca la gaita. El roncón está formado por cuatro partes: asientu, prima, tercia y copa. Emite dos sonidos diferentes: uno inicial más grave producido por el payón y otro más agudo que determina la afinación de la gaita y está emitido por la payuela.
    • El payón: es una lengüeta simple localizada en la prima del roncón y el origen del sonido emitido por este. 
    • La payuela: es una lengüeta en la que vibran dos láminas. 

                                                          

Los inicios de la gaita. 

No se sabe con seguridad cuándo llegó la gaita a Asturias. Lo que sí es seguro es que no se inventó de cero, sino que surgió añadiéndose un reservorio de aire o fuelle a los aerófonos que ya existían. 

La primera referencia de la gaita que no deja lugar a dudas se encontró en los tiempos caberos del Imperio, en un escrito de San Xeromu. Este escrito nombró las partes de la gaita, llamada “chorus”: 

“Antaño tamién había’l chorus, un peyellu a cencielles con dos tubos de bronce; pel primeru sóplase y pel segundu sal la voz”. 

En Asturias, la primera representación fue el gaitero esculpido en un capitel de la portada de Santa María de la Oliva, en Villaviciosa. También hay otras obras del siglo XIV como el conejo gaitero pintado en el “Llibru de la riegla Collorada” de Oviedo. 

Gaiteros asturianos entre los siglos XV-XVII. 

En Asturias, las primeras menciones escritas de gaiteros aparecen en el Llibru de Prior guardado en el Archivo de la Catedral de San Salvador de Oviedo. Esto asegura que en aquellos tiempos la gaita era importante, ya que se incluía en documentos administrativos. 

Desde entonces se puede rastrear el uso de la gaita en documentación eclesiástica, municipal y notarial. 

Luis Alfonso de Carballo, en 1695, plasmó en un texto que, en Asturias, los bailes eran acompañados por las gaitas.  

 

El oficio de la gaita. Tocadores. 

No hay documentación antigua que aclare las maneras de aprendizaje que había antes, ni tampoco cuáles eran los factores que hacían que la gente quisiera dedicarse a ello. Sobre todo, aparecía la figura del aficionado que se dedicaba a tocar en su tiempo libre por influencia sociocultural y familiar. 

Aunque había gaiteros profesionales, se piensa que la mayoría de ellos tenían otro trabajo y que la gaita era como un segundo oficio. 

Hasta el siglo XIX las cofradías, los gremios, las parroquias y los concejos eran los que más contrataban a los gaiteros. El incumplimiento de las obligaciones acordadas entre contratante y gaitero podía hacer que hubiera sanciones. 

Esta regularidad en la contratación hizo que la gaita fuera manteniéndose y haciéndose conocida a través de los siglos. En la segunda mitad del siglo XIX los gaiteros empezaron a tocar en teatros y festivales de música y baile del país. También los contrataban personas que pertenecían a la burguesía urbana para tocar en fiestas privadas, algunas de ellas, en América. 

Antiguamente, los acuerdos se hacían por escrito y tenían gran importancia. Hoy en día, los gaiteros pactan de manera oral con las comisiones de las fiestas.  

El siglo XX es el que mejor se conoce. No era muy fácil conseguir una gaita, y mucho menos un maestro.El tiempo de aprendizaje dependía de la capacidad del aprendiz y de la forma de enseñar del maestro. El procedimiento era la memorización de las melodías, que se repetían hasta que estaban más o menos aprendidas, por lo que eran muy importantes la capacidad de escuchar y saber afinar del aprendiz. 

Un gaitero nuevo era un competidor en un mercado pequeño y además podía embrujar al viejo con un mayor talento o capacidad para aprender las novedades musicales. Incluso había veces que los maestros no les enseñaban algunas técnicas a sus alumnos dejándolos en desventaja técnica. También había gaiteros que escondían los dedos a otros o que cambiaban la melodía de las canciones. 

 

El oficio del gaitero. Constructores.

Los constructores eran artesanos rurales que trabajaban con distintos tipos de madera.  

La herramienta que usaban era de fabricación casera: las gurbias y los formones se utilizaban para tornear los perfiles exteriores. El interior del puntero se agujereaba con el escariador. Los acabados se hacían pasando una tela gruesa a modo de lija; a la mayoría de las gaitas se les echaba por encima una capa de cera de abeja. 

Preparar los pellejos para el fuelle era uno de los secretos mejor guardados, ya que, si hay algún agujero en el fuelle, no se almacenaría bien el aire, por tanto, sería más difícil tocar la gaita y afinar el roncón. 

Había veces que se mantenía el pelo en los pellejos porque se creía que así el aire no saldría por los poros de estos, y otras se pelaban y se trataban con unas recetas que nunca le decían a nadie. Todo este procedimiento de preparación del fuelle llevaba por lo menos un mes.  

Los vestidos de la gaita los solían hacer las mujeres de los constructores, que los cortaba y cosía y posteriormente les añadía los flecos uno por uno.  

Por todo esto, la gaita era muy cara y se usaban otros instrumentos alternativos para aprender a tocarla. 

Los usos tradicionales de la gaita.

La gaita sirvió y sirve para acompañar al canto. El gaitero empieza tocando un floréu para dar la entrada y el tono al cantador, luego lo acompaña tocando la melodía, y en los descansos de la canción aprovecha para lucirse con algunas partes de floreos, y al final hace otro para rematar la canción. 

También se tocaba en las espichas, celebraciones y en el llagar, ya que este era el punto de encuentro para la gente. 

En las fiestas, el gaitero empezaba a tocar por la mañana por todas las casas, para despertar a la gente. Esta alborada duraba hasta que empezaba la misa, donde también tocaban alguna canción. Después de esta, los gaiteros acompañaban en la procesión. Por último, amenizaban los bailes en la fiesta. 

Las gaitas también tocaban en: los desfiles de los cabezudos y gigantes, propios de fiestas urbanas, los aguinaldos en invierno en algunos pueblos, en bodas, en funerales, en las ferias de ganado, en las cacerías e incluso, a veces, cuando iban a segar los prados.

La gaita en el medio rural. 

Aunque ahora disponemos de muchos medios para poder aprender a tocar la gaita, no siempre ha sido así. Hace años, en el medio rural, no había profesores ni partituras, la gente tocaba las canciones “a oído”, es decir, escuchaban una canción, y a base de practicar, la aprendían. 

En Vallobil hubo dos gaiteros que se instruyeron así: “Gaspar el de la Cruz” y “Pepe el de Mundo” 

Gaspar tocaba en la misa de la fiesta de San Francisco de Asís (San Pachu) en Lago, y más adelante también tocó en la misa de las fiestas de San Diego, en Vallobil. La vestidura del fuelle de su gaita era de terciopelo negro. 

Pepe era ganadero y cuando iba a cuidar las vacas o las trasladaba al monte, siempre llevaba la gaita con él y la tocaba allí donde fuera.     

A veces, la gaita amenizaba las celebraciones fúnebres. Antiguamente había tres tipos de entierros: los de primera era para gente con dinero, y llevaban tres curas y una banda compuesta por una gaita y un tambor; en los de segunda llevaban dos curas, y no había música; y en los de primera llevaban solo un cura, también sin música. 

Cuando mi padre era pequeño, aunque ya había profesores, no les daban tantas facilidades para poder aprender. Antes de empezar a clases de gaita, había que ir unos cuantos años a baile regional. Esto hacía que muchas personas a las que no les gustara el baile no pudieran tampoco aprender a tocar este instrumento.  

A la gaita la puede acompañar instrumentos de percusión, como el tambor, el bombo o la pandereta. 

Factores medioambientales. 

Ya que el sonido de la gaita es producido por lengüetas hechas de madera de caña, las variaciones meteorológicas la afectan notablemente. 

El clima templado de Asturias es favorable para mantener la gaita en buenas condiciones, pero con el cambio brusco de temperaturas, la  payuela se puede abrir o cerrar excesivamente, haciendo que la gaita se desafine o directamente, que esta no suene. 

El frío y el calor no afecta solo a la payuela, sino a la madera, que puede doblarse para siempre con el calor o al fuelle, que puede resecarse. 

Fuentes de información. 

  • Experiencia personal. 
  • Fidel. 
  • Cancioneru de la Gaita Asturiana de Eugenio Otero Vega, Fonsu Fernández García y Gausón Fernande Gutierri. 

Imágenes.

  • Autora: Amaya Alonso.
  • Fuentes: Cancioneru de la Gaita Asturiana y fotos originales.