Foto de DOP Sidra de Asturias

Las manzanas se desarrollan durante el verano y en otoño ya están maduras y listas para recoger ,la sidra viene de ellas, por lo que son algo fundamental en su elaboración, depende del tipo que sean, y las condiciones climatológicas, se pueden recoger entre finales de septiembre e inicios de diciembre. 

Estas variedades se pueden clasificar en nueve grupos, según su acidez: dulce, dulce-amargo, amargo, semiácido, semiácido-amargo, amargo-semiácido, ácido, ácido-amargo y amargo-ácido. 

Es importante elegir una buena mezcla de manzanas según su grupo, eso va a definir como queda finalmente la sidra. Las manzanas dulces aportan azucares que finalmente se convierten en alcohol, cuantas mas manzanas dulces se utilicen, el porcentaje de alcohol será mayor. Las manzanas acidas aportan frescura al tomarla y también protege a la bebida del ataque de gérmenes productores de enfermedades. “Aproximadamente serian el 60% variedades acidas, el 30% dulces y el 10% amargas” (Javier Niembro, 2023).   

Hay catalogadas en torno a 500 variedades, de las cuales se estudiaron unas 150 y se seleccionaron para la denominación de origen 22, que después se ampliaron a 76. 

Muchas variedades son de la zona centro, pero aquí en el oriente hay una que es la Josefa, que se le dio nombre en Asiego porque una mujer que se llamaba así plantó un árbol que daba este tipo de manzanas.   

Fuentes:

web: Haciendo sidra

web: lasidra.as

web: Sidra de Asturias

entrevista a Javier Niembro