Muela de un molino.
Continuando nuestro viaje por el entorno del Parque Natural de Ponga, sus paisajes, sus gentes y sus costumbres, hoy voy a hablarles de los molinos, esos que a orillas de los innumerables ríos y riachuelos de nuestra comarca abundaban antaño.
Sin salir de la Foz de los Andamios, en su parte alta nos encontramos con La Muelona, una gran roca tallada con la forma de la muela de un molino y sin acabar. Un poco más arriba, en El Cándanu, tenemos las ruinas del antiguo molino de Lorenzo González, que ya molía antes de estar acabada la carretera que se abrió hacia Viboli por la Foz de los Andamios.
Lorenzo, el abuelo de Adoración Díaz, mi bisabuela, como muchos otros molineros buscaba en la roca caliza las mejores piezas para tallar muelas para sus molimos; la mencionada, la Muelona, no llego a terminarse, pero sí otras como la que estuvo por años al lado de la fuente que hay entre Casielles y Biamón.
Antiguamente los vecinos bajaban sus cosechas a los molinos para moler el grano, y no pagaban por ello con dinero: los molineros retenían una parte de lo molido a modo de pago, la maquila, que así le llamaban y venia a ser un diez por ciento de lo molido.
En aquella época, el molino de Lorenzo posiblemente fuese el único molino del valle de Viboli, y con la nueva carretera, tuvo sus buenos clientes.
En la actualidad el molino está totalmente en ruinas, pero otros resisten y han llegado en funcionamiento hasta nuestros días, también los hay restaurados y aunque no se destinen a su antigua labor mantienen la belleza de antaño, como es el caso del ubicado en la localidad de Sobrefoz, que se recoge en la imagen.