Parapetos en el Colláu La Guaranga (h. 2015).

Dejando atrás el desvío que conduce a la Casa de la Palanca y pasados “Les Peruyales” y «La Fuente´l Bote», llegamos al enclave de La Guaranga, un collado situado en el límite sur del bosque de Peloño y paso hacia el puerto de Arcenoriu, tras el que nos encontramos con tierras leonesas. El puerto fue muy utilizado en el tránsito de Asturias a Castilla, y en mitad de sus pastos podemos encontrar una capilla y una antigua posada que acogía a los transeúntes..

En la collada de La Guaranga sorprenden todavía hoy los parapetos (fortificaciones) militares de la guerra civil española. Circula una multitud de historias y batallas que han pasado de boca en boca; una de ellas es la de Jacobo Alonso, sacristán de la parroquia de Viegu y también mi bisabuelo. Nacido en Argentina y huérfano, fue enviado de niño a Viegu con sus parientes. Al haber nacido fuera de España, no fue llamado a filas cuando estalló la guerra, pero en su transcurso resultó apresado junto a otros jóvenes del pueblo, y los pusieron en marcha hacia tierras castellanas, con la obligación de batallar. Pero justo en el paso de La Guaranga, el destacamento de los nacionales fue emboscado por un capitán republicano apodado “El Verde”. «El Verde» era tío paterno de mi bisabuelo Jacobo, y lo liberó tanto a él como al resto de jóvenes ponguetos, que escaparon en varias direcciones. Unos quedaron escondidos en el bosque de Peloño por años, y otros, tiempo después, reaparecieron como emigrantes en América.

Esta es una de las muchas historias relacionadas con este enclave, plagado de batallas, frustraciones y muertes. El propio lugar impide que se olviden y desaparezcan.