Poo, h. 1990. Antiguas Escuelas. // Arenas, 2022. Escuela actual.

Arantxa García Villar. Los recuerdos de la infancia no sólo forman parte esencial de nuestra vida, sino que articulan, en buena medida, nuestra personalidad. Son, además, recuerdos recurrentes, arrastrando con ello nostalgia, y a la vez siendo cercanos e íntimos. Y entre los recuerdos infantiles la escuela ocupa un lugar importante, puesto que entre sus paredes pasamos buena parte de nuestros primeros años de vida.

Actualmente, consideramos que educar es proporcionar conocimientos al igual que destrezas, hábitos, actitudes, entre otras. Las buenas maneras, la conducta apropiada a cada ocasión, el respeto en relación con la autoridad, las categorías sociales establecidas, las reglas de protocolo, son parte del contenido fundamental, como también el desarrollo de actitudes favorables al trabajo. Esto entonces no era como hoy en día, no había ningún medio de evaluación de los conocimientos adquiridos, en ocasiones «el maestro nos sacaba a la pizarra para preguntarnos, si fallábamos nos pegaba y si acertábamos nos dejaba volver al sitio, pero al que no lo sabía no se lo volvía a explicar. El maestro para castigarnos nos golpeaba con una vara o con lo que encontrase a mano« (1). En la actualidad, estos procedimientos están prohibidos y, por suerte, tanto padres como profesores los han descartado definitivamente.

Otra de las principales diferencias entre ambas etapas estaba relacionada con el empeño de la Escuela tradicional en formar buenos españoles, virtuosos ciudadanos amantes de su patria. Por ello, los educadores instaban a los alumnos y alumnas desde muy adelantada edad a conocer los hechos de los antepasados, en particular los actos acreditados como heroicos. Creían que de esta manera llegarían a amar a España y a defenderla ante todo.

Esta discrepancia también era propia de la religión, puesto que aludían a ella asignándole un papel primordial en la formación escolar de los niños, sin quitarle importancia su valor a las parroquias. Por la misma razón que el aula se encontraba presidida por un Crucifijo, tenía que encargarse de una parte importante de la enseñanza de los conocimientos acerca del dogma y la moral de la religión católica.

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(1): BENA SIERRA, Tomasa (2022). Vecina de Poo, abuela de la autora. 85 años.

Fuentes:

BENA SIERRA, Tomasa (2022). Vecina de Poo, abuela de la autora. 85 años.

POSADA BENA, Antonio (2022). Vecino de Poo. 85 años

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