El saltu l’ladrón, h 1939. Imagen: Agapito, fotógrafo histórico de Cangas de Onís.

Alba Fernández López. Durante el período del la postguerra, un grupo de hombres, tras lograr zafarse de su encarcelamiento asaltaron el caserío de Ventaniella y la pequeña capilla del lugar para llevarse cuanto de valor alcanzaron a ver, el ventero los sorprendió tratando de salir sin ser vistos de la capilla y los hombres trataron de escapar por el camino que llevaba al pueblo de Sobrefoz, siendo perseguidos por el Ventero.

Los ladrones emprendían la huida a caballo y a la altra del argayu de los Mazos reparan en un movimiento dirigido a ellos, viéndose acorralados por la guardia civil. En un intento desesperado por escapar deciden saltar al otro lado del rio, sin tener en cuenta la considerable distancia y altura del salto, aún así, los ladrones dirigen a los caballos hacia el borde del barranco y saltan, apoyándose en el caballo para tomar un impulso final, llegando al otro lado, mientras los caballos se precipitaban al rio. La guardia civil busca una alternativa al salto, pero al no encontrarla acaba por rendirse y como último recuso se dedican a disparar a la arboleda.

Nunca se volvió a saber de aquellos ladrones que, sin tener consciencia, le dieron nombre a aquel lugar a partir de entonces conocido como El Saltu´l Ladrón.

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Fuentes:

Fernández Sánchez, Esteban (2021). Oriundo de Sobrefoz, padre de la autora. 45 años.