Los cabraliegos siempre fueron conscientes del potencial turístico que tenía esta tierra. Por ello lucharon por llevar a cabo ambiciosos proyectos que facilitaran la llegada de los visitantes. Lo primero que habrían de lograr era romper el aislamiento muy condicionado por la difícil orografía del concejo. A finales del siglo XIX finalizaría la construcción de la carretera que los iba a unir con el resto del mundo. Pero sus proyectos eran mucho mas ambiciosos y así se llegó a elaborar un proyecto que, según el pensamiento de aquellas gentes, supondría un gran impulso para el desarrollo económico del concejo: una linea de ferrocarril que, atravesando la Garganta del Cares, los uniera con la Meseta y el resto del país. Al no lograr este propósito pensaron que bien podría construirse una carretera por aquellos abismos del Cares, y que habría de discurrir entre las localidades de Arenas y Portilla de la Reina, en León. Otra de sus aspiraciones, era la prolongación del ferrocarril, que por entonces llegaba a Covadonga, a través del valle de Cabrales y de las Peñamelleras para comunicarse con la provincia de Santander.
La iniciativa privada iba creando establecimientos hoteleros destinados a acoger a aquellos potenciales visitantes.
Uno de estos fue creado a principios del siglo XX, en una casona de indianos: la Fonda de La Palma. Se ubicaría en aquella hermosa edificación que había construido, en 1893, un emigrante de Cuba, Emeterio Antón, nacido en Rozagás.
En esta fonda se alojaría Gustav Schulze en el año 1905. Aquel geólogo llevó a cabo la primera escalada en solitario a la cima del Urriellu. Gustav Schulze se quejaba del constante ladrar de los perros, los maullidos de los gatos y de la comida.

En la casa de enfrente el señor cura se pasea por la terraza, lee el periódico y, a pesar de la algarabía, prepara el sermón para la misa del domingo.
Al día siguiente el geólogo y escalador partiría en un carreta rumbo a Panes, con el fin de llegar a Unquera y coger el tren de las 16:30.

La Fonda de la Palma, actualmente, Sheila Noriega.

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Toda la información es obtenida por Carbajal, vecino de Arenas de Cabrales.