Deseo de inmortalidad como centro de la filosofía
CPS. Escritor y filósofo que perteneció a la generación del 98, trabajó como rector en la Universidad de Salamanca durante tres periodos. Sus experiencias de niñez (la muerte de su padre) y de juventud se ven reflejadas en sus obras: «Recuerdos de niñez y mocedad» (1908) y «Paz en la guerra» (1897).
«Yo no me acuerdo de haber nacido. Esto de que yo naciera -y al nacer es mi suceso cardinal en el pasado, como el morir será mi suceso cardinal en el futuro-, es cosa que sé de autoridad y, además, por deducción» (1)
Fue diputado de las Cortes de la Segunda República, y llegó a enfrentarse contra el rey Alfonso XIII, por lo que fue condenado a prisión y posteriormente indultado. A pesar de que se retiraron los cargos contra él, fue desterrado a Fuerteventura, y prometió no volver a España hasta que Primo de Rivera abandonase el gobierno (ya que su campaña contra él fue lo que provocó su expulsión de la península). Cumplió su palabra y volvió con la caída del dictador viviendo un gran recibimiento. El 14 de abril de 1931 proclamó la República en Salamanca desde el balcón del ayuntamiento y declaró que «comenzaba una nueva etapa y terminaba una dinastía que nos había empobrecido y entontecido».
«Ilustrísimo señor: Acordado por el Directorio Militar el destierro a Fuerteventura (Canarias) de don Miguel de Unamuno y Jugo, Su Majestad el Rey (q. D. g.) se ha servido disponer: Primero: Que el referido señor cese en los cargos de vicerrector de la Universidad de Salamanca y decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la misma; y Segundo: Que queda suspenso de empleo y sueldo en el de catedrático de dicha universidad» (2)
Tuvo riñas con varios intelectuales, como Ortega y Gasset, Valle-Inclán o Pío Baroja, que no soportaban su subjetivismo ni su intransigencia, y creían que sus novelas parecían escritas «para incomodar al lector». A pesar de esto, otros escritores (como Blas de Otero), veían en él una figura influyente.
«Unamuno se creía todo. Era, sin proponérselo, filósofo, matemático, geógrafo, filólogo, naturalista, arquitecto, además de vidente y de profeta, no hubiera dejado hablar por gusto a nadie. No escuchaba» (3)
Al comenzar la guerra civil española se posicionó al lado de los rebeldes, y pidió ayuda a algunos de sus compañeros intelectuales para que le apoyasen. La situación cambia cuando empiezan a asesinar y encarcelar a sus amigos y conocidos, por lo que se reúne con Franco para pedirle clemencia, pero solo consigue ser destituido como rector.
Vivió sus últimos días bajo arresto domiciliario en soledad, (su mujer y su hija mayor ya habían muerto), y falleció el 31 de diciembre de 1936 durante la visita del falangista Bartolomé Aragón.
«Señalemos hoy que Unamuno ha muerto repentinamente, como el que muere en la guerra. ¿Contra quién? Quizá contra sí mismo; acaso también, aunque muchos no lo crean, contra los hombres que han vendido a España y traicionado a su pueblo. ¿Contra el pueblo mismo? No lo he creído nunca y no lo creeré jamás» (4)
Su filosofía era una afirmación de fe, y se centraba en el deseo de inmortalidad. Lucha contra la razón y así nace la fe, que defiende la existencia de un Dios. Uno de los temas que une a Unamuno con otros filósofos es la necesidad del amor para alcanzar a Dios. Escribió varios artículos sobre el socialismo y manifestó su rechazo hacia el racionalismo en su obra «San Manuel Bueno, mártir» (1931).
En algunas de sus obras se puede apreciar la «sed de la eternidad». Para él, el Yo es un cuerpo que no quiere morir nunca y el individuo aislado constituye una sociedad auto-transcendente. En su pensamiento se puede ver la aflicción por la separación entre lo ideal y lo real. Su filosofía puede considerarse como una antropología filosófica en la que el punto de partida es la conciencia y el objeto principal es el hombre.
Considero que buena parte de la filosofía de Unamuno estaba basada en la reflexión de existir y en un sentimiento trágico por el ansia de inmortalidad y el deseo de conseguir fama y prestigio. Se preocupaba demasiado por la eternidad y por saber si uno es lo que es y seguirá siendo lo que es, «la tensión entre el ser o la nada».
«Ni lo humano ni la humanidad, ni el adjetivo simple, ni el adjetivo sustantivado, sino el sustantivo concreto: el hombre. El hombre de carne y hueso, el que nace, sufre y muere -sobre todo muere-« (5)
Fuentes:
(1). UNAMUNO, Miguel de (1908): Frase con la que inicia su obra «Recuerdos de niñez». Consultado el 08/05/2021
(2). MADRIDIARIO el 21/02/2018: Providencia que recibió Unamuno en 1924 y que supone su destierro. Consultado el 08/05/2021.
(3). WIKIPEDIA: Palabras que escribió Pío Baroja sobre Unamuno. Consultado 08/05/2021.
(4). MACHADO, Antonio (1936): sobre la muerte de Unamuno. Consultado 08/05/2021.
(5). UNAMUNO, Miguel de (1912): fragmento de su obra «del sentimiento trágico de la vida». Consultado 08/05/2021.