A finales de los años 50 y en los 60 era algo muy normal el hecho de mudarse a países como Francia o Alemania para ganarse la vida e intentar mejorar el estilo de vida que se tenia por ejemplo en los pueblos.
La Historia de mis Abuelos
Corría 1959 cuando mi abuelo, Ramiro Campillo se fue a Alemania para ganarse la vida de otra manera muy distinta a lo que la hacia en Caín, y fue un año más tarde cuando mi abuela, Veneranda Sadia se fue también a Alemania con el, ella será la persona en la que me centrare en este artículo para narrar las diferentes vivencias de los migrantes españoles de aquellos años ya que mi abuelo, ya fallecido hace 22 años no puede relatarme sus vivencias en Alemania
Mi abuela siempre me cuenta que se fue triste, ya que pensaba que nunca volvería a España, pero finalmente solo estuvo 7 años en Alemania, pero no empecemos por el final, sino por el principio de esta aventura, porque sí, para ella fue toda una aventura. Al llegar a Alemania y reunirse con mi abuelo, lo primero que hicieron fue buscar un piso en Stuttgart, ciudad donde vivieron. Encontraron un más que digno piso, este piso lo compartían con una pareja que cómo ellos eran migrantes, pero ellos venían desde Italia. Mi abuela empezó a trabajar en una. residencia de estudiantes donde realizaba tanto labores de limpieza como de camarera en unos comedores que recuerda inmensos y llenos de estudiantes. También en aquella residencia había huertos donde realizaba labores de mantenimiento, allí conoció a amigas de Italia e Inglaterra, y también a la madrina de mi madre con la que a día de hoy mantiene todavía contacto y se ven a menudo. Tras trabajar aquí empezó a trabajar como limpiadora de los laboratorios de la fabrica de cerveza DinkelAcker y también se mudo con mi abuelo a otro piso ya que habían nacido mi tía, mi tío y mi madre por lo que ya no era posible vivir en el otro piso compartido. Por ello tuvo que combinar la maternidad con el trabajo y debía patearse la ciudad todos los días entre guarderías y trabajo.
De sus vivencias por Alemania tiene mas de una anécdota de lo mas graciosa, pero siempre que cuenta una de estas recuerda que no aprendió apenas alemán durante esos 7 años, por ello siempre llevaba un pequeño diccionario en el bolso que la saco de mas de un aprieto, aunque en alguna que otra situación la pronunciación llevo a confusiones de lo más divertidas. Aunque siempre recuerda cuando Massiel ganó Eurovision en el año 1968 y escuchar aquel «La,La,La» por los supermercados y tener que limpiarse las lagrimas de la emoción y orgullo, sensación que dice que le ocurría a todos los españoles en aquel momento.
Admiro mucho a mis abuelos, ya que sin tener idea de Alemán y haber vivido siempre en un pueblo como Caín y atreverse a emigrar a Alemania, y haberse ganado allí la vida de manera tan honrada y digna durante 7 años mi abuela y 8 mi abuelo.
Fuente: Información e imágenes obtenidas gracias a la colaboración de Sadia Pérez, Veneranda, Abuela del autor (77 años 2020) Autor: Bustillo Campillo, Andy