Julia Blanco Valle

La cruz data de 1761. Era el lugar a medio camino donde la comitiva fúnebre se detenía para rezar un responso y recuperar fuerzas. Además de formar parte de la antigua vía de comunicación entre los pueblos vecinos, por aquí se subía a las personas que fallecían en el valle hasta el cementerio. Está localizada entre Ardisana y Riocaliente, pues forman parte de la misma parroquia y el cementerio está situado en Ardisana. 

La Cruz de los Garabiales, camino de Riocaliente a Ardisana. Imagen de la autora

En la antigüedad, se seguían complejas ceremonias y protocolos cuyo fin era la extracción social y económica del difunto. El enfermo comenzaba su agonía y el sacristán daba el toque de campana con la clave correspondiente. Luego, se dirigía a la casa del agonizante con el Viático, siendo esperado por el vecindario en sitios tales como encrucijadas de caminos para, seguidamente, formar comitiva hasta el destino. 

Al regreso, el recorrido era similar y la llegada del Viático a la Iglesia era bien percibido por los vecinos a través del son de la campana que, a su vez, iba precedido por el siguiente toque que representaba el doble de la agonía. 

De acuerdo con de lo que se le pagara al sacerdote, el cortejo era acompañado por un mayor o menor número de diáconos, y aun de subdiáconos, con un número mayor o menor de responsos y un número mayor o menos de misas. (1)

Mientras el cadáver permanecía en la casa familiar, era velado por familiares y allegados; y en el momento del traslado, ya sea mediante anillas o féretros en forma de cajas, del soporte iban prendidas diversas cintas de color negro asidas por los familiares mas íntimos del difunto. 

En el traslado, si era desde Riocaliente hasta el Valle de Ardisana, se detenían en la cruz mencionada. Si este era desde Malatería a Ardisana, sería la Cruz de Campos la que desempeñaba la función.

En el momento de la ceremonia, un familiar del difunto acudía a la iglesia con una cesta cubierta con un mantel blanco, rematado por flecos, del que también pendían cintas negras y, en cuyo interior, se alojaban tres carretas o carriones (2) con una taza negra colocada en el medio que contenía tres huevos. La cesta, que era portada por una mujer, permanecía durante el funeral en un lugar destacado para que, finalmente, la bendijera el oficiante, que se hacía cargo de los alimentos que depositados en ella.


Bibliografía

(1) GÓMEZ PELLÓN, Eloy, 1994: Vida tradicional y proceso de cambio en un valle del oriente de Asturias, Estudio antropológico del Valle de Ardisana, editado por Ediciones Trea S.L., 343 páginas.

(2) Carretas o carriones: panes alargados muy típicos de la zona. Valle Poo, Francisco, habitante del valle de Ardisana.


HOJA DE REGISTRO
  • Nombre: Cruz de los Garabiales.
  • Qué es: cruz de piedra.
  • Concejo: Llanes.
  • Parroquia: Santa Eulalia de Ardisana.
  • Lugar: camino entre Riocaliente y Ardisana, perteneciente al Camín Encantau.
  • Estado: bastante bueno.
  • Informador: Francisco Valle Poo.
  • Propietario: Parroquia de Santa Eulalia de Ardisana.
  • Acceso: bueno.